Y tenía razón, entre los árboles y bajo la llovizna del camping, la voz de Bobby que salía de la camioneta tenía un filo y una fuerza que me hizo sentirla como nueva. En ese momento, recordé a Valery: "un poema es un prolongado titubeo entre el sonido y el sentido". Si uno escucha la canción, aunque no sepa inglés (como mi caso), entenderá la no del todo arbitraria pertinencia de la idea.
La oscuridad al romper el mediodía
ensombrece hasta la cuchara de plata
la cuchilla hecha a mano, el globo del niño
eclipsa tanto al sol como a la luna,
sabes demasiado pronto
que no tiene sentido tratar de entenderlo.
Aguzadas amenazas
me engañan con desprecio,
observaciones suicidas se rompen,
la boquilla de oro del cuerno hueco del loco
toca palabras baldías
que demuestran advertir
que el que no está ocupado naciendo
está ocupado muriendo.
La página de la tentación
sale volando por la puerta,
la sigues, te encuentras en la guerra,
contemplas cataratas de rugido piadoso,
sientes ganas de quejarte,
pero a diferencia de antes,
descubres
que sólo serías
una persona más llorando.
Así que no temas si oyes
un sonido extraño en tus oídos,
todo está bien, ma, sólo estoy suspirando.
Mientras algunos anuncian la victoria,
otros la derrota,
razones personales grandes o pequeñas
pueden verse en los ojos
de los que piden
que se haga arrastrar
todo lo que se debería matar,
mientras otros dicen que no odies nada
excepto al odio.
Palabras desilusionadas ladran como balas,
como dioses humanos
que apuntan a su blanco,
hicieron de todo,
con pistolas de juguete que echan chispas
a Cristos de color carne
que brillan en la oscuridad,
es fácil ver sin mirar muy lejos
que no hay muchas cosas
verdaderamente sagradas.
Mientras predicadores sermonean
destinos perversos,
maestros enseñan
que el conocimiento espera,
poder mandar sobre centenares
de monedas de dólar,
la bondad se esconde tras sus puertas,
pero incluso el Presidente
de los Estados Unidos
debe algunas veces
tener que quedarse desnudo.
Y aunque las reglas de la carretera
se hayan formulado,
son sólo juegos de la gente
que tienes que eludir,
de acuerdo ma, puedo hacerlo.
Los carteles de publicidad te engañan
para que pienses que tú eres el único
que puede hacer lo que nunca ha sido hecho,
que puede lograr lo que nunca se ha logrado,
mientras tanto la vida sigue su curso
ahí fuera, a tu alrededor.
Tú mismo te pierdes, reapareces,
de pronto descubres
que no tienes nada que temer,
estás sólo sin nadie a tu lado,
cuando una temblorosa voz distante,
poco clara,
sobresalta tus dormidos oídos
para escuchar
que alguien piensa que realmente
ellos te encontraron.
Una pregunta se enciende en tu mente
y aunque sabes que no hay
respuesta adecuada que te satisfaga,
asegúrate de no perderla,
de guardarla en tu mente, y no olvidar
que ni a él, ni a ella, ni a ellos, ni a ello
perteneces.
Aunque los señores hacen las reglas
para los sabios y los idiotas,
yo no tengo nada, ma,
con lo que vivir de acuerdo.
Para los que tienen que obedecer la autoridad
la cual no respetan en modo alguno,
que desprecian sus empleos, sus destinos,
hablan con envidia de aquellos que son libres,
hagan estos lo que hagan,
tan sólo para ser
algo en que investir.
Mientras algunos son bautizados por principio
a estrictas ataduras partidarias,
clubes sociales atontados
disfrazan a los intrusos,
a quienes pueden criticar libremente
sin decir nada salvo a quien hay que idolatrar,
y luego dicen que Dios le bendiga.
Mientras, uno que canta con la lengua ardiendo
hace gárgaras en el coro de arribistas,
deformado por las tenazas de la sociedad,
se preocupa no de ir más arriba,
sino de hundirte en el hoyo
en el que él está.
Pero no quiero hacer daño ni poner faltas
a alguien que vive en una tumba,
pero está bien, ma, no puedo complacerle.
Jueces ancianas vigilan a las parejas,
frustradas sexuales, se atreven
a imponer principios falsos,
insultar y mirar fijamente,
mientras el dinero no habla, jura
obscenidad, ¿a quién le importa realmente?
Propaganda, todo es mentira.
Mientras unos defienden
lo que no pueden ver
con orgullo de asesinos,
la seguridad
confunde con más amargura las mentes
de los que piensan
que la honradez de la muerte
no caerá sobre ellos,
la vida a veces tiene que ser solitaria.
Mis ojos chocan de frente con cementerios
atestados de dioses falsos, pisoteo
la mezquindad que juega muy fuerte,
camino de un lado a otro esposado,
doy patadas para romperlo todo,
digo vale, ya tuve bastante,
¿qué más podéis mostrarme?.
Si mis pensamientos-sueños pudieran verse,
seguramente pondrían mi cabeza en la guillotina,
pero está bien, ma, es la vida y sólo la vida.
Descargar Bringing It All Back Home - Bob Dylan
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