miércoles, 23 de septiembre de 2009

21 de julio



Corría por el bosque que se pierde al costado de la playa, entre la lluvia,
con los ojos cerrados me agarraba de tu mano y corría desesperado,
más allá de mis fuerzas, encontrando fuerzas nuevas.
Con alegría y miedo,
Confundido cuando tu mano estaba fría,
con los ojos llenos de luz cuando apretabas fuerte.
Pero al final tropezamos y ya no sentí tu mano,
dí algunos pasos en retroceso,
que no eran sino el anticipo de un salto,
que es como una muerte, una despedida.
¿Lo doy realmente?

Es inútil buscar las palabras exactas del amor perdido.

El amor real fue caminar por el bosque sin la esperanza de cruzarlo,
con la convicción de encontrarte en la playa al otro lado.
Excusarme por mi ausencia y dar noticias de mi muerte, para iniciar
la vida otra desde la cual, como de la cima de una sonrisa de niño que juega con la arena, te veía entrar al mar hermosa, (como siempre) vagamente inconquistable.

Una noche de tormenta (en el comienzo de la inundación) caminando en círculos y rozando el extravío, prometimos juntos intentar buscar otros caminos. Partiste pocos días después, frotándote las manos, libres y extrañadas.
Yo hice de mi desilusión un mundo y una x, que es también el mapa de un tesoro al revés: se gana cuando ya no se lo encuentra en todas partes.
No es fácil, está por cumplirse un mes, a veces todavía me acuesto boca arriba en el desierto y me despierto ahogado por la arena.

Vivo vidas paralelas, como dos aros de luz que no se superponen, uno está aferrado a tu cuello, a tus ojos, a tu pelo, a tu forma de sentir, a tus palabras; otro sigue girando, como una estrella anónima en una noche cerrada de ciudad, que parece que impone su ritmo a todo el cielo.
Y el dolor real mostró que los demás eran casi nada (un recuerdo temeroso del ayer), acaso sea este el precio del aprendizaje. La chica de la mirada como un horizonte, con la que vi más allá (incluso de nosotros mismos).
Que vengan otros mundos, y que se lleven mi carne anclada a tus sentidos.
Que vengan otros mundos, y que dejen a tu sol durmiendo tras la última montaña.
Que vengan otros mundos.

Descargar Highway 61 revisited Bob Dylan

1 comentario:

  1. Eso es tuyo? ayer Lisandro me dijo que estaba bueno lo ultimo que habias posteado, y la verdad es que si.

    Abrazo.

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