El pájaro que duerme en cada grito
Se despierta pero no traspasa
La jaula de arcilla que lo abraza
Como un vestido imperceptible
Que se desteje opaco y sin sol
En la tarde de lluvia ahora tan lejos
Del primer verso de este poema
No hay continuación posible
El grito no puede ser nada para mí
Más que esta vieja y siempre renovada
Sensación sonido
Del cuerpo
Sin sentido sensación
Del vértigo invisible interior
De la garganta de un pájaro enjaulado
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